Granado aplaude el acuerdo salarial y descarta aumentos en los tipos de cotización.
El Gobierno prepara subidas tributarias para enjugar el déficit de las pensiones que solo cubrirían algo menos de un tercio del déficit de la Seguridad Social. En conjunto, la cesta de impuestos que pretende aplicar al pago de pensiones roza los 6.000 millones de euros, frente a un desajuste en las cuentas de 18.544 millones de euros.
El secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, confirmaba ayer lo que las últimas semanas ha ido evidenciando el equipo económico de Pedro Sánchez: el gabinete socialista prepara subidas impositivas para sufragar el mayor gasto en pensiones derivado de la vuelta a la revalorización con el IPC, que solo este año generará un aumento del gasto del 6,2 por ciento frente a las tasas del 3 por ciento en años anteriores.
Esas medidas se incluirán en los Presupuestos de 2019, y aún falta saber los detalles del plan tributario del Gobierno porque, según explicó Granado, la creación de nuevos impuestos atañe al Ministerio de Hacienda y no a su cartera.
En cualquier caso, la cesta de tributos con los que el Gobierno socialista pretende compensar el mayor gasto incluye el impuesto tecnológico, conocido como tasa Google, que ya preparaba el anterior Ejecutivo popular; el impuesto a la banca que viene defendiendo el PSOE; una tasa a las transacciones financieras y la equiparación fiscal de la gasolina y el diésel.
La tasa Google aportaría en el mejor de los casos 2.100 millones en los próximos dos años; el impuesto a la banca, 1.000 millones; la tasa a las transacciones financieras, 600 millones; y la equiparación fiscal de los combustibles, 2.140 millones en cuatro años. En conjunto, la subida fiscal supone 5.840 millones que no se recaudarían todos en el primer año de entrada en vigor, lo que obligará a barajar otras medidas que cierren el abanico entre gastos e ingresos. Por ello, también se estudia recurrir a otras medidas para incrementar los ingresos, como el destope de cotizaciones, que sobrecargaría el bolsillo de empresarios y trabajadores en 4.400 millones. Y no se puede olvidar el impacto del acuerdo salarial, tanto en subidas de sueldos que pueden alcanzar el 3 por ciento como en la ubicación del salario mínimo de convenio en los 1.000 euros. Ambas novedades supondrán mayores ingresos para las arcas de la Seguridad Social al elevarse las bases de cotización. Granado aplaudió el acuerdo salarial y remarcó que el alza del sueldo mínimo disminuirá la brecha salarial y el déficit de la seguridad social “de forma notable”.
En cualquier caso, el secretario de Estado descartó subidas directas en los tipos de cotización, aunque apoyó el argumentario para destopar las cotizaciones: “Hay un tope máximo de cotización; eso es una situación que genera problemas al Sistema, porque convierte a la Seguridad Social en un sistema financiero inequitativo”, afirmó. El tope de cotización está en un salario anual de 45.000 euros, y cualquier sueldo por encima de esa cifra cotiza por la misma cantidad.
Fuente: ElEconomista.es