La Comunidad de Madrid mantiene la menor tributación en todos los tramos del IRPF, Patrimonio y Transmisiones.
Cataluña y la Comunidad Valenciana son las regiones con los tipos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) más elevados, al tiempo que se mantienen en la cabeza en el resto de los impuestos propios y cedidos, mientras que Madrid es, un ejercicio más, la autonomía con los impuestos más bajos, aunque últimamente le ha superado Andalucía en el Impuesto sobre Sucesiones, tras su reforma.
Un año más, se constata que la mayor parte de los ingresos tributarios de las comunidades autónomas se consiguen con los grandes impuestos compartidos con el Estado: IRPF, IVA e Impuestos Especiales (IIEE), según las conclusiones del Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2018, elaborado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (Reaf) del Consejo General de Economistas.
Los impuestos propios, que son 82 en el territorio común –sin contar las haciendas forales-, y de ellos, solo en Cataluña se aprobaron 18 en 2016, tuvieron un peso sobre el total de los ingresos de las comunidades autónomas del 2,2 por ciento, pese a que aumentaron en 122,5 millones sobre 2015.
La mayoría de los tributos tiene el agua como objeto imponible -el 78,8 por ciento de la recaudación-, y los demás también tienen objetos imponibles comunes, pero su regulación es muy diferente. Para Valentín Pich, presidente del Consejo de Economistas, “se ha exagerado la utilización de la capacidad normativa, excepto en el Impuesto sobre el Patrimonio, habiéndose publicado un total de 732 tipos, reducciones, deducciones o bonificaciones solo en territorio común”.
De esta forma, en el IRPF, tarifas aparte, se han establecido 220 especialidades, muchas de las cuales afectan a muy pocos contribuyentes o su cuantía es muy limitada.
Además, según explicó Jesús Sanmartín, presidente del Registro de Asesores Fiscales (Reaf), que “algunas veces se establecen requisitos de difícil comprobación, porque se han de cumplir a futuro. Esto sucede, fundamentalmente, en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones”.
Se ha incorporado la progresividad al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (ITP y AJD), tradicionalmente proporcional, que, por cierto, no ha recuperado aún el nivel de recaudación de 2007, aunque viene creciendo desde 2010.
La competencia fiscal da resultados dispares. Así, en el IRPF y en Patrimonio no hay una tendencia definida al alza o a la baja; en Sucesiones y Donaciones, la competencia es claramente a la baja; y en ITPAJD la tendencia es al alza.
Fuente: ElEconomista.es