En el cálculo, la empresa descuenta el coste del mantenimiento de la red de carreteras.
Endesa sostiene que la presión impositiva sobre el consumidor de electricidad es tres veces mayor que la existente sobre el conductor de un vehículo de combustión interna, si ambos casos se comparan “en igualdad de condiciones” y en una unidad energética común, como euros por tonelada equivalente de petróleo (tep).
Así lo comentó Juan María Moreno, director general Nuclear de Iberia de Endesa, durante su intervención en una jornada sobre la energía del átomo celebrada recientemente en el Congreso de los Diputados. Moreno no dudó en mostrar su sorpresa –“Helado me he quedado”, confesó– porque creía lo contrario, que la presión fiscal es superior en los carburantes que en la electricidad.
La compañía eléctrica presidida por Borja Prado ha elaborado el cálculo, al que ha tenido acceso el Economista, como parte de sus propuestas para la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética. El resultado es que en el año 2015, de cada tep eléctrica se recaudaban 906 euros, mientras que sólo se recaudaban 310 euros en cada tep de combustible fósil.
Cálculo muy particular
Los números de Endesa no son los habituales. Según explica la compañía, ha tenido en cuenta lo que considera “carga impositiva equivalente”. En el caso del consumidor eléctrico ha incluido el IVA, el impuesto especial, las ayudas a las energías renovables y la cogeneración, las compensaciones extrapeninsulares y las anualidades del déficit. Y en el caso del conductor de un vehículo de combustión interna ha contabilizado el IVA, el impuesto especial, el de matriculación, el céntimo sanitario y ha descontado la inversión en carreteras.
La eléctrica explica que ha optado por hacer ese cálculo sui géneris porque el consumidor eléctrico paga en su factura el coste de la infraestructura de transporte y distribución, mientras que los carburantes no incorporan el coste asociado con el desarrollo y mantenimiento de la red pública de carreteras, que se sufraga con los Presupuestos Generales del Estado: “Así pues, al comparar la carga impositiva de la electricidad y la gasolina o el gasoil, es necesario deducir de la imposición a los combustibles los importes necesarios para mantener la red de carreteras”.
A juicio de Endesa, la electricidad soporta cargos ajenos al suministro, derivados de actuaciones de política energética que deberían ser sufragados por los Presupuestos, como las renovables: como es mucho más difícil incorporarlas a los carburantes, el coste de alcanzar los objetivos ambientales recae en una mayor medida sobre los consumidores de electricidad.
Por lo tanto –prosigue– hay que “reequilibrar” la presión fiscal entre electricidad y combustibles “para reflejar su verdadero coste para la sociedad (incluidas externalidades)”. ¿Cómo? Con una reforma fiscal que excluya de la tarifa eléctrica los cargos relacionados con decisiones de política energética: “Despenalizar la electricidad favorecerá la electrificación de la demanda y, por tanto, la penetración de renovables y la reducción de emisiones”.
Fuente: ElEconomista.es